A la hora de elegir se suele mirar el espacio a calefaccionar, versus la estufa que se utilizará. También cuánta contaminación intradomiciliaria puede provocar. Una nueva alternativa son los denominados pisos radiantes, paramento radiante o losa radiante.
Su particularidad es que el emisor puede ser cualquiera de los paramentos de los locales a calefaccionar (suelo, paredes o techo), pero lo más común es el suelo. Según Olaf Hantel Gerente General Primaterm, “piso radiante es calefacción eléctrica de bajo consumo”.
La empresa Primaterm cuenta con 1.700 proyectos ejecutados y con varios clientes que han optado por esta tecnología, desde inmobiliarias, edificios residenciales, condominios y casas particulares. Nicolás Silva, Gerente Comercial, cuenta que dentro de sus clientes está el periodista Amaro Gómez Pablo, quien quedó conforme con la instalación y servicio del piso radiante. Lo cierto, es que sólo en la mitad de años pasado, 16 edificios que tenían instalada esta tecnología.
Consumo energético
En cuanto al gasto por consumo, los pisos radiantes gastan alrededor de 30% menos que la calefacción tradicional. Para Olaf Hantel, Gerente General Primaterm “este es un producto democrático, es decir, puede ser aplicado desde un departamento pequeño hasta una vivienda de 1000 metros cuadrados. En otras palabras, es accesible para todo tipo de viviendas. En todos los países escandinavos y bálticos se vende mucho”. Por ejemplo en un departamento de 40 M2, su gasto diario con calefacción de piso suelo radiante sería 1000 pesos diarios, es decir 30 mil mensual”.
Este sistema de suelo radiante tiene un origen histórico, ya que se basa en uno de los sistemas de distribución del calor más antiguo del mundo utilizado por los romanos, el hipocaustum. Consistía en construir los edificios sobre unos pequeños pilares, que formaban unas galerías por debajo de las espacios a calefaccionar, donde circulaba el humo procedente de hornos o estufas situados en el exterior de las casas. Sistema que fue precursor de lo que hoy conocemos como suelo radiante.
Nicolás Silva indica que “es importante señalar que los pisos radiantes no necesitan mantención, una vez instalado funciona para siempre. Se controla por termostato, lo que significa que se gasta solo lo necesario”. Asimismo, agrega que el proceso de instalación del piso radiante no es invasiva y se conecta a la red eléctrica.
¿Conoce cómo funcionan?
Los pisos radiantes se componen de dos tecnologías, una es un cable térmico (conductor eléctrico) y el otro es una lámina térmica. La primera es apta para cerámicas o porcelanatos y la segunda, para piso flotante y de madera o vinílico. El cable térmico se calienta 70° y distribuye esa energía sólo en una parte y el consumo es de 150 watt por M2. Su valor, en la empresa Primaterm, va desde 0.5 M2 a $39.500 + IVA, precio por unidad. El calor de la lámina cubre una superficie mayor generando calor suave que traspasa la madera, el consumo es de 140 watt por M2 y en la misma empresa, el valor es de $21.000 + IVA, precio por metro lineal.
“La mayor gracia de este productos es que es súper democrático, el piso radiante ya no es sólo para pocos” comenta Nicolás Silva. “Hace 5 años todos creían que la energía eléctrica en cuanto a calefacción era muy cara, hoy esa barrera se está cayendo. Productos como el piso radiante han hecho que la gente comience a cambiar ese paradigma. Hoy la gente está convencida de lo limpia que es la energía eléctrica, a diferencia del gas” agrega el ejecutivo comercial.
Pisos radiantes: otras utilidades
Algunos otros usos curiosos y útiles de suelo radiante en el mundo ocurren, por ejemplo, en Islandia, donde hay abundantes yacimientos de aguas termales y se utiliza el suelo radiante para descongelar el hielo de las calles de la capital, Reikiavik, durante los días más fríos. También en el Centro Turístico Termal Copahue en la provincia del Neuquén, Argentina, se inauguró en 1999 un sistema de calefacción de calles por suelo radiante, aprovechando aguas termales naturales.
En Chile, Primaterm ha sido parte de proyectos para la agricultura, por ejemplo, calentar plantaciones de flores o verduras; instalaciones en la Iglesias del colegio Monte Tabor, los terrarios de las serpientes y animales exóticos del Buin Zoo. También se usa en el Zoológico Metropolitano para las camas de los tigres y también para jardines infantiles.