Bajan las temperaturas y usar la calefacción es prácticamente una obligación. Sin embargo, no siempre se le saca el mejor provecho. Fabián Hormazábal, subgerente de la unidad de Energía Sustentable de DICTUC, afirma que el concepto eficiencia se define como la energía útil obtenida a partir de la energía que consume un equipo.
Según lo que explica el especialista, “en el caso de la calefacción, si se analiza con detalle, su aplicación no es tan directa. Si pensamos en una estufa, su utilidad es producir calor a partir de un cierto consumo de energía, pero prácticamente la totalidad de dicho consumo efectivamente se transforma en gases calientes que, si son descargados dentro del recinto a calefaccionar, podemos decir que prácticamente el 100% de la energía consumida es transformada en energía útil”. Pero, agrega Hormazábal, hay que tener en cuenta que el calor producido por los distintos artefactos o sistemas de calefacción no se distribuye de igual forma dentro de un mismo espacio.
Eficiencia en calefacción: cómo distribuir el calor
El experto afirma que “si el calor se acumula en las partes altas, entonces las personas igual sentirán frío, del mismo modo que si el calor llega directamente a la persona quizá sienta demasiado calor”.
Por lo tanto, el concepto de eficiencia energética “tradicional” no es práctico para el caso de calefacción, debiéndose utilizar otros parámetros de comparación. En Chile no existe una normativa que permita realizar ensayos objetivos para obtener variables útiles como, por ejemplo, el confort térmico generado por cada artefacto según su consumo energético.
De esta forma, para lograr la eficiencia de la calefacción hay que analizar los materiales con los que está construido el hogar, también las propiedades térmicas que posee, el tamaño, la altura del o los espacios a calefaccionar, la cantidad de ventanas y sus dimensiones. Además, no todos los artefactos sirven para un mismo espacio. Fabián Hormazábal asegura que “la calefacción más eficiente depende que lo que cada persona en particular necesite y frente a esto las alternativas son: calefaccionar un gran espacio o uno pequeño, calefaccionar rápidamente o lento, producir una temperatura homogénea o localizada, etc. Por lo tanto, no es correcto hablar de ‘la calefacción más eficiente’ de manera genérica”.
Eficiencia en calefacción: ojo con la contaminación intradomiciliaria
El tipo de calefacción que se elige también va a depender de las necesidades de cada consumidor. Según Fabián Hormazábal, “hace 5 años o más” la mayor preocupación era el ahorro. Sin embargo, eso se ha ido modificando con el tiempo. El nivel de contaminación que produce el artefacto que calefacciona el hogar se ha vuelto relevante para los consumidores. Por lo mismo, “en el último tiempo el concepto de contaminación intradomiciliaria es cada vez más conocido y las personas están dispuestas a gastar un poco más para temperar sus casas, sin exponerse a contaminación dentro de sus hogares”, sostiene el especialista.
Aunque, su último consejo es evitar usar el mayor tiempo posible la calefacción. “Abríguese bien. No tempere demasiado su casa, ventile. Si hay sol corra las cortinas para que entre la radiación, y calefaccione sólo el espacio en que lo necesite”, finaliza Hormazábal.