Parecía que quedaba atrás la época en que las personas iban al patio de su casa a buscar algún vegetal o fruta que necesitara. Los huertos volvieron y cada vez su uso es más común, incluso en departamentos.
Dónde instalarlo
Claudia Narbona, docente de Agronomía y de Nutrición y Dietética, ingeniera de alimentos de la Universidad del Pacífico, explica los ocho cuidados más importantes para crear un huerto casero con óptimas condiciones sanitarias:
• Ubícalo en un lugar soleado, ya que ello disminuye la posibilidad de acumulación de humedad y, por ende, el desarrollo de hongos y bacterias.
• Asegúrate de que cuente con un buen drenaje de agua al momento de lluvia o riego, para evitar el exceso de humedad.
• Preocúpate de que al lugar no tengan acceso perros o gatos, ya que esos animales lo pueden usar para hacer sus necesidades.
• Planta diversas especies de hortalizas, de modo que las plagas no se expandan a todas ellas. Por ejemplo, se recomienda tener una hilera de tomate, una de perejil, una de zanahoria, etc.
• Trata que la parte comestible no toque el suelo.
• Limpia los restos de plantas (hojas) y elimina las partes de las plantas afectadas, evitando el desarrollo de hongos.
• Usa sólo agua potable para el riego del huerto.
• Usa pesticidas y fungicidas de tipo natural, ya que son especiales para evitar el desarrollo de hongos, pulgones y hormigas, y además no afectan el estado de las plantas. Estos pesticidas naturales se pueden preparar con infusiones de productos como ajo, cebolla y lavanda, entre otros.
El uso de los fertilizantes
Uno de los puntos a tomar en cuenta para cumplir con ese objetivo es fijarse bien en qué tipo de fertilizante se utiliza. “Es importante tener cuidado al usar fertilizante, ya que este elemento puede hacer perder la inocuidad a las plantas. Por ello, los fertilizantes a utilizar en un huerto casero deben ser colocados en las bases de las plantas y no sobre ellas (hojas), ya que los agentes químicos quedarán en éstas, pudiendo pasar a constituirse en un peligro químico. Por ende, si se desea evitar el desarrollo de plagas, como pulgones y hongos, entre otros, y mantener la inocuidad de los alimentos, es recomendable el uso de productos naturales y no tanto de químicos”, explica la Ingeniera en Alimentos.
Otro de los elementos a tomar en cuenta es que se debe regar con agua potable, ya que con ello se mantiene un óptimo estado sanitario. “Se debe considerar que si el agua de riego no es potable, la posibilidad de bacterias es alta, siendo principalmente la Escherichia coli la más recurrente, por ser originaria de las heces de los animales de sangre caliente”, advierte la experta, sobre todo en el caso de los condominios en las afueras de Santiago o regiones.
La académica de la U. del Pacífico recalca que cualquier alimento que esté expuesto a condiciones ambientales se transforma en una fuente de transmisión de alguna enfermedad alimentaria y, por ello, se debe estar muy atentos a la aparición de algún elemento extraño en el huerto. “Los principales riesgos que tenemos son los hongos, que al ser consumidos nos generan infecciones, alergias y problemas respiratorios. Entre los principales hongos tenemos Alternaria, Fusarium, Botrytis, que se presentan en lechugas, tomates, zanahorias, zapallos y pepinos, entre otros. Lo rescatable es que al ser una flora exógena saprófita, su presencia se puede visualizar en las plantas”, indica Narbona.
¿Qué plantar?
Carol Hartsell, redactora norteamericana del Huffingtonpost Green, elaboró algunas claves al respecto. El sol es fundamental. Aconseja echar un vistazo al espacio que estás pensando utilizar. Verificar el lugar exacto en el que está pensando poner la planta, si se ve el sol, ese es el lugar. Se necesitarán unas seis horas diarias de sol si se quiere que crezcan frutas y verduras. Si son algo menos de seis horas, se puede intentar, pero mejor que no sea con tomates, pimientos o berenjenas, que necesitan absorber una gran cantidad de luz solar.
Si el lugar recibe diez horas de radiación solar directa e intensa, olvidarse de plantar hortalizas de hojas verdes, excepto si es al comienzo de la primavera. Otro tema son los maceteros. Muchos de ellos ya tienen agujeros, pero otros muchos otros no. “Necesitan hacérselos”, aconseja la especialista norteamericana, y colocar algunas piedras, trozos de cerámica o incluso espuma de poliestireno (una alternativa ligera para macetas más grandes) en el fondo del tiesto. Así, se evitará que la tierra atasque los agujeros y los inhabilite. Por último, los insectos. Algunos como los pulgones son grandes enemigos. Pero otros, como las chinitas y las abejas, son positivos. Los insectos siempre cumplen su misión en la jardinería, por ejemplo, si las hojas han empezado a arrugarse y a marchitarse, míralas el revés. Probablemente se encuentre alguna población de pulgón en la planta.
Finalmente, Narbona señala que “si para desarrollar un huerto casero la persona ha considerado todas las indicaciones dadas anteriormente, todo lo que consuma de su huerta no le provocará daño. Sin embargo, no hay que dejar de considerar que existen otros tipos de problemas, como por ejemplo, las heces de los pájaros, moscas, etc.
Por lo tanto, la recomendación es siempre lavar y sanitizar las verduras, y luego enjuagar”, concluye Claudia Narbona, docente de Agronomía y Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico.
El Blog de Edifito los invita a tomar el desafío y no sólo hacer un jardín sino a entretenerse en una huerta urbana.