Las autoridades chilenas han creado un proyecto de ley, que regularía las medidas de seguridad para la instalación de piscinas privadas. Esto abarcaría las ubicadas en zonas residenciales, hoteles, centros vacacionales y campings.
El documento establece que todas las piscinas deben tener rejas, sistemas de alarmas, detectores de inmersión y cubiertas reforzadas, para así proteger la vida de los niños que hacen uso de ellas.
El diputado, Miguel Ángel Alvarado, indicó que según las cifras proporcionadas por el Ministerio de Desarrollo Social, niños entre 1 y 4 años son los más propensos a sufrir accidentes de inmersión.
Recalcó que “estas cifras son muy duras, de 700 menores que estuvieron expuestos a ahogamiento o inmersión 160 fallecieron y en los otros tantos no quedan inmunes sino que muchos con daños con secuelas de por vida”.
Asimismo, manifestó que los lugares privados con piscinas se han multiplicado con rapidez, lo que quiere decir que se necesita un mayor control de seguridad. Otro diputado que ofreció declaraciones sobre el tema, fue Daniel Farcas, aseverando que “por un tema de mejoría en la calidad de vida de los chilenos, el uso de las piscinas es cada día más común, lo que hoy obliga a adoptar estas medidas”:
Otros países como Canadá, Brasil, Francia, Brasil y Colombia, ya han puesto marcha leyes de control para proteger la integridad física de las personas que hacen uso de las piscinas.
Ambos, señalaron que existirá un período de un año de adaptación desde el momento en que la ley sea aprobada. Durante este tiempo, se deberán incorporar los elementos de seguridad que exija el documento.
Luego de esto, se realizarán inspecciones y fiscalizaciones, que podrían acarrear duras sanciones provenientes del Servicio de Salud, aplicando multas que irían desde las 100 hasta las 100 UTM.